DAPP-BQ
Cuestionario Básico de Valoración Dimensional
de la Patología de la Personalidad
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DAPP-BQ
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El DAPP-BQ consta de 290 ítems
que valoran 18 dimensiones de trastorno de la personalidad.
Este instrumento proporciona una evaluación práctica y detallada de los trastornos de la
personalidad destinada a psicólogos, psiquiatras y otros profesionales.
Ha sido diseñado para proporcionar una evaluación exhaustiva de las dimensiones
básicas de la personalidad patológica y rasgos de personalidad clínicamente relevantes.
Estas dimensiones se basan en un sólido programa de investigación centrado en la
estructura y la etiología de la patología de la personalidad.
Evalúa características afectivas, cognitivas e interpersonales que tienen importantes
implicaciones para la salud mental del individuo, su adaptación y su bienestar.
Consta de: 290 ítems.
Evalúa el modelo de patología de personalidad de Livesley,
con 4 dimensiones y 18 rasgos, más 72 subescalas.
Convergencia entre Modelos dimensionales de Personalidad patológica
Tradicionalmente, la patología de la personalidad se ha conceptualizado desde una perspectiva
categorial, en la que cada trastorno de personalidad se entendía como una entidad discreta e independiente una de otra y respecto de la personalidad ‘normal’.
Los responsables de los sistemas de clasificación oficiales de los trastornos de personalidad (ej., DSM), entre las muchas razones que han argüido para justificar no haber adoptado antes una perspectiva dimensional, destacan como motivo principal el amplio número de modelos dimensionales en pugna (Wright et al., 2012).
En cualquier caso, cabe destacar que en los actuales modelos dimensionales de la patología de la personalidad los “trastornos” de personalidad no se identifican, fundamentalmente, con los niveles extremos de las dimensiones (o rasgos que las constituyen), sino sobre todo por la afectación funcional de las capacidades adaptativas que presenta la persona. Es decir, puntuar en las variantes extremas de las dimensiones de personalidad ‘normal’ es necesario, pero no suficiente para considerar adecuadamente el grado de desadaptación que implica padecer un trastorno de la personalidad (Livesley y Jang, 2005). Es por ello que tanto el DSM-5 como la ICD-11 proponen como primer criterio diagnóstico de un trastorno de personalidad la evaluación del grado severidad de la
‘funcionalidad’ en el ámbito personal (identidad y autonomía) e interpersonal (empatía e intimidad). Sólo si, como mínimo, hay un grado moderado de disfuncionalidad en tales ámbitos se procede a la evaluación de los dominios/dimensiones y rasgos desadaptativos que mejor caracterizan a la persona (APA, 2013; Bagby y Widiger, 2020; Tyrer et al., 2011).
A continuación describiremos la convergencia entre los modelos dimensionales recientemente propuestos por la American Psychiatric Association (APA, 2013) en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-5) y por la World Health Organization (WHO, 2018) en la onceava edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (ICD-11). Además, presentaremos datos sobre la convergencia entre tales modelos y el Cuestionario Básico para la Evaluación Dimensional de la Patología de la Personalidad (DAPP-BQ; Livesley y Jackson, 2009), por ser éste uno de los primeros modelos dimensionales para la evaluación de la patología de la personalidad (tal y como su nombre indica) junto con la
Escala de Personalidad Adaptativa y No Adaptativa (SNAP; Clark, 1993), el cual ha ejercido una influencia considerable en la propuesta de la ICD-11.
El “Modelo Alternativo de los Trastornos de la Personalidad” (AMPD) planteado en la sección III del DSM-5 considera que la patología de la personalidad se puede estructurar en cinco grandes dominios, los cuales se corresponderían con las variantes desadaptativas de los Big-5: Afectividad Negativa (NAF: Negative Affectivity) vs. Estabilidad emocional, Desapego/Inhibición (DET: Detachment/Inhibition) vs. Extraversión, Antagonismo (ANT: Antagonism/Dissocial) vs. Amabilidad, Desinhibición (DIS: Disinhibition) vs. Responsabilidad y Psicoticismo (PSY: Psychoticism) vs. Apertura.
Tales dimensiones son definidas en el DSM-5 (APA, 2013) de la siguiente manera: la Afectividad Negativa (NAF) alude a la disposición a experimentar frecuentes e intensas emociones negativas (ej., ansiedad, depresión, culpa, vergüenza, ira), así como sus manifestaciones conductuales (ej., autolesión) e interpersonales (ej., dependencia). El Desapego/Inhibición (DET) se describe como la
evitación de la experiencia socio-emocional, incluida la evitación de las interacciones interpersonales (que van desde interacciones casuales y diarias, hasta amistades y relaciones íntimas) y una experiencia y expresión afectivas restringidas, en particular una capacidad hedónica limitada. El Antagonismo (ANT) implica comportamientos que ponen al individuo en conflicto con otras personas, incluye un sentido exagerado de importancia personal y una expectativa de tratamiento especial, así como una antipatía e insensibilidad hacia los demás, que abarca tanto la indiferencia por sus necesidades y sentimientos, como la disposición a utilizar a las personas en su propio beneficio. La Desinhibición (DIS) se refiere a la disposición hacia la gratificación inmediata, que conduce a un comportamiento impulsivo activado por pensamientos, sentimientos o estímulos externos del momento, sin tener en cuenta el aprendizaje pasado o las consecuencias futuras. Y el Psicoticismo (PSY) que supone la manifestación de una amplia gama de conductas y cogniciones extrañas, excéntricas o inusuales culturalmente incongruentes, que afectan tanto al proceso (ej.,
percepción y disociación) como al contenido (ej., creencias). Tales dimensiones patológicas se evalúan con el ‘Inventario de Personalidad del DSM-5’ (PID-5; Krueger et al., 2012). El PID-5 es un cuestionario constituido por 220 ítems puntuados en una escala Likert de 4 puntos (0: muy en desacuerdo, 3: muy de acuerdo), del que también existe una versión reducida de 100 ítems (PID-5-
SF; Maples et al., 2015). Los ítems corresponden a 25 facetas (rasgos) que se agrupan empíricamente en los cinco grandes dominios de patología de la personalidad planteados.
El Modelo Dimensional de los Trastornos de la Personalidad propuesto por la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2018) está constituido por cinco grandes dominios (sin facetas/rasgos): Afectividad Negativa (NAF: Negative affectivity), Desapego (DET: Detachment), Disocialidad (DSO: Dissociality), Desinhibición (DIS: Disinhibition) y Compulsividad (ANA: Anankastia). La Afectividad negativa (NAF) se define como la tendencia a experimentar una amplia gama de emociones negativas con una frecuencia e intensidad desproporcionadas a la situación. El Desapego (DET) es la tendencia a mantener, tanto distancia interpersonal (desapego social) como distancia emocional (desapego emocional). La Disocialidad (DSO) alude al desprecio por los derechos y sentimientos de los demás, e incluye tanto el egocentrismo como la falta de empatía. La Desinhibición (DIS) se entiende como la disposición a actuar precipitadamente, activado por súbitos estímulos externos o internos (ej., sensaciones, emociones o pensamientos), sin tener en cuenta las posibles consecuencias negativas. La Anankastia (ANA) define a la persona rígidamente constreñida por elevados estándares de perfección y normas sobre el bien y el mal, que controla excesivamente el propio comportamiento y el de los demás, así como las situaciones, para garantizar la conformidad con tales estándares. Tales dominios se evalúan con el ‘Inventario de personalidad de la ICD-11’ (PiCD; Oltmanns y Widiger, 2018). El PiCD es una medida de autoinforme de 60 ítems puntuados en una
escala de Lykert de cinco puntos (1: muy en desacuerdo, 5: muy de acuerdo).
La diferencia fundamental entre los modelos de la ICD-11 y del DSM-5 es que la ICD-11 no incluye la dimensión de Psicoticismo (PSY) y, en su lugar, incorpora la dimensión de Anankastia (ANA), la cual no es valorada por el DSM-5. La ICD-11 no incluye Psicoticismo por considerar que los Trast. Psicóticos se clasifican dentro del “Espectro Esquizófrénico” y no como un Trastorno de la Personalidad (Tyrer et al., 2019). Por otra parte, el DSM-5 no incluye la Anankastia (ANA) por entender que ésta es el polo opuesto de la Desinhibición (DIS).
El ‘Dimensional Assessment of Personality Pathology – Basic Questionnaire’ (DAPP-BQ; Livesley y Jackson, 2009) es el cuestionario que permite evaluar las que han sido consideradas como las cuatro grandes dimensiones de la personalidad patológica (“The Big Four”). Consta de 18 facetas organizadas en los cuatro dominios de orden superior designados como: Desregulación Emocional
(EMDYS), Comportamiento Disocial (DISSOC), Inhibición (INHIB) o Evitación Social y Compulsividad (COMP). El patrón comportamental de Desregulación Emocional (DYSREM) se caracteriza por relaciones y emociones inestables. Las elevadas puntuaciones en este factor sugieren una personalidad vulnerable, predispuesta a una amplia variedad de trastornos mentales, además de los trastornos de la personalidad. Se observan fuertes asociaciones con los trastornos afectivos y de ansiedad. Las bajas puntuaciones indican una elevada estabilidad emocional, lo que probablemente confiere resiliencia ante el estrés y la adversidad. La característica prototípica del Comportamiento Disocial (DISSOC) es un estilo interpersonal insensible, caracterizado por una actitud egocéntrica,
falta de empatía, desprecio por los sentimientos y preocupaciones ajenas, y explotación de los demás. Las personas que puntúan bajo en esta dimensión son socialmente tolerantes, empáticas, altruistas y sensibles a las necesidades de los demás. El rasgo esencial de la Inhibición (INHIB) es la evitación de las relaciones interpersonales cercanas. Las personas que puntúan alto son poco comunicativas, socialmente indiferentes e inhibidas en el sentido de que no sienten o no expresan sus emociones, y tienden por ello a aparecer como solitarias y con un estilo de vida relativamente aislado. Los sujetos con bajas puntuaciones son más cordiales y sociables, manifestando un amplio abanico de emociones. Las características esenciales de la Compulsividad (COMP) son el orden y la responsabilidad, denotando preocupación por el orden y la precisión, así como necesidad de estructura y organización. Una baja puntuación en esta dimensión sugiere una mejor tolerancia a situaciones menos estructuradas y una mayor flexibilidad en la forma en que se afrontan y manejan las tareas, si bien cuanto más bajas sean más evidencian un estilo asistemático y desorganizado de comportarse. Como se puede observar, el DAPP-BQ está compuesto por cuatro grandes dominios en vez de por cinco como los modelos precedentes del DSM-5 y la ICD-11. Ello se debe, entre otras cosas, a que en el DAPP-BQ no se incluye la dimensión Desinhibición (DIS), ya que ésta se considera el polo opuesto de la Compulsividad (COMP), la cual se corresponde con la Anankastia del PiCD. Tampoco incluye la dimensión de Psicoticismo (PSY) como tal, si bien se ha constatado que algunos de sus aspectos quedan recogidos en el rasgo ‘Distorsión cognitiva’ de la dimensión Desregulación Emocional (EMDYS) (Gutiérrez et al., 2020).